lunes, 31 de diciembre de 2018

MAPUCHES ¿PUEBLO NO ORIGINARIO?


Con todo cariño, a aquellos de mis ex compañeros de colegio, que conscientes o inconscientemente difunden falsedades sobre este tema.

En el contexto de la lucha política, y particularmente de lo que ha sido el llamado “conflicto mapuche”, han aparecido opiniones en diversos ámbitos que cuestionan o claramente niegan el carácter de “originario” al pueblo mapuche. Un ex senador de Renovación Nacional, en un programa político de televisión les negó precisamente su condición de “originarios”. Y en las redes sociales circulan textos o simplemente afirmaciones que también lo hacen. Se trata de un nuevo esfuerzo por desvalorizar ideológicamente al “enemigo”. Uno más como ha habido muchos. Recordemos por ejemplo que en el verano de 2017, cuando un sinnúmero de incendios forestales destruía miles de hectáreas en nuestro país, desde varios sectores se atribuyó al “terrorismo mapuche” el origen de dichos incendios. Incluso se llegó al absurdo de pretender que cientos de “terroristas” de diversos grupos internacionales habían ingresado al país, con conocimiento del gobierno de Michell Bachelet, a cooperar con el terrorismo mapuche, y con el objetivo explícito de “incendiar Chile”.

Digamos de partida que la condición o no de “originario” no es un tema menor en el contexto de lo que políticamente se está discutiendo. Ser originario significa remontar la presencia social, cultural y política a tiempos previos no sólo del estado republicano, sino de la invasión europea. Ser “originario” significa poder remontar los derechos sobre los que se reclama, la tierra esencialmente, a tiempos previos a cualquier otro actor posible. En definitiva ser “pueblo originario” es simplemente decirle al estado chileno, yo estaba antes que ustedes, antes que esa bandera y ese escudo, aún antes que la peluca y la pistola, antes que ustedes soñaran siquiera con apoderarse de mis tierras. Ser originario es dejar sin argumentos, políticos, jurídicos o incluso morales, a quienes quieren discutir la calidad de mis derechos.

Por ello, toda esta campaña de desvalorización del pueblo mapuche no es casualidad, se trata de elementos de la lucha ideológica a la que diariamente se ve enfrentado nuestro pueblo. Como en el más básico manual de guerra psicológica, en lo esencial se trata, por un lado, de desvalorizar al enemigo, de quitarle aquellos atributos que lo pueden hacer más atractivo, generadores de mayor apoyo, y por el otro, de “ganar las mentes” de aquellos a quienes políticamente no se puede eliminar. Es cierto que algunas de estas afirmaciones resultan tan burdas, tan grotescas, que parece innecesario desmentirlas. Pero, aunque nos cueste creerlo, hemos visto como personas medianamente informadas, con estudios superiores en diferentes áreas, hacen suyos discursos ideológicamente tan falsos, tan groseramente falsos, que resulta necesario aclararlos.

La causa del pueblo mapuche, luego el asesinato de Camilo Catrillanca y de las manipulaciones grotescas de carabineros y el gobierno en torno a la información, como no había sucedido con otros asesinatos cometidos por la fuerza pública, ha suscitado el más amplio apoyo ciudadano. Desde todos los ámbitos del espectro chileno, cultural, deportivo, político, se ha manifestado el rechazo al crimen y el apoyo al pueblo mapuche. Una manera de combatir dicho apoyo, de debilitarlo al menos es negarles su vinculación ancestral con nuestro territorio y presentarlos como simples invasores, de modo similar al de los europeos. Desmentir esta burda manipulación de la verdad, es una manera más de entregar elementos a la lucha ideológica diaria.

Y luego de esta larga introducción, entremos en materia.

La cuestión de si el pueblo mapuche es o no un “pueblo originario” plantea dos problemas a nivel intelectual ¿Qué se entiende por “pueblo originario”? y ¿Cumple el pueblo mapuche esos parámetros de modo que pueda ser llamado así?

Digamos de partida que la condición de “pueblo originario” no dice relación con haber surgido como seres humanos en este sector del planeta. Sostener que no son “originarios” porque habrían llegado desde Asia a través del estrecho de Bering, como lo hace un panfleto lleno de falsedades que circula en las redes sociales, es no entender nada de lo que se está hablando. Y es que con el desarrollo de la genética, (especialmente en base al análisis del ADN mitocondrial) hoy hay consenso en que todos los seres humanos modernos (Homo sapiens) provenimos de un ancestro común, de origen africano, que habría vivido en ese continente hace al menos más de 140 mil años. Es decir, no sólo los mapuches no serían “originarios” porque provendrían desde Asia, si no ningún pueblo americano, pues todos vienen de fuera del continente. Pero tampoco lo serían los europeos, los mismos asiáticos y de igual manera los de Oceanía.

Aclarado lo anterior, debemos preguntarnos qué se entiende realmente por “pueblo originario”. El concepto es esencialmente antropológico, y se aplica a grupos humanos que descienden directamente de aquellos que ya estaban presentes en el territorio americano a la llegada del hombre europeo, y que mantienen elementos sociales y culturales que los diferencian de otros grupos humanos.

De este modo, no cabe duda que el actual pueblo mapuche es “pueblo originario”, como el aymara, quechua, rapa nui, selk nam, yámana, tehuelche, kawashkar y otros. Desciende directamente de un pueblo que estaba presente a la llegada de los españoles, -y que éstos llamaron “araucanos”-, y mantiene elementos sociales y culturales que lo diferencia de otros grupos humanos.

Un tema adicional dice relación con la llegada de los mapuches a nuestro territorio. En algún momento se sostuvo que habrían llegado muy poco antes que los españoles, desde lo que hoy es territorio argentino. En verdad no hay certeza desde donde vinieron, ni cuándo, pero si, que su llegada fue muy anterior a la del hombre europeo. Su presencia en sub grupos (picunches, tehuelches, huilliches, etc.) en un amplísimo sector del territorio nacional, y la difusión del idioma mapuche (mapudungun), en un amplio territorio nacional, ratifica esta idea. José Bengoa, uno de los principales autores sobre la historia del pueblo mapuche, sostiene que “hay una cierta evidencia de que, alrededor de de los años 500 a 600 A.C. ya existía una cultura que se puede denominar mapuche”, es decir, que este “pueblo originario” al menos tendría una presencia mil años antes que el conquistador europeo.

Diciembre de 2018

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