domingo, 25 de diciembre de 2016

¿EL DAÑO DE LAS DROGAS?, LA NECESIDAD DE DISTINGUIR



Pocas veces se distingue de manera clara y precisa entre los daños que pueden ser resultado del consumo de sustancias psicoactivas y aquellos que pueden ser atribuibles a la política prohibicionista que frente a ese consumo se ha desarrollado. En verdad se trata de una distinción que ha sido planteada por algunos autores al menos desde los años ochenta. Baratta, Hulsman, Rosa del Olmo, son algunos de los autores que lo habían destacado. Desde entonces, ha sido reiterada en múltiples ocasiones. Y sin embargo sigue siendo verdad lo que recién afirmábamos, aún hoy pocas veces se distingue de manera clara y precisa sobre las consecuencias de una y otra situación. Probablemente ha contribuido a esto que el discurso oficial de guerra a la droga hace esfuerzos por mantener la confusión. “Lo que es peor, los daños causados por la propia guerra contra las drogas se funden con los producidos por el consumo de las sustancias, para reforzar el discurso sobre la aparente “amenaza de las drogas” que luego es usada para justificar la aplicación de aún mayores medidas de la misma fallida estrategia”([1]), señala con mucha claridad Count the costs.


Probablemente la productora de desinformación más representativa en este sentido, sea la oficial Junta de Fiscalización de Estupefacientes, JIFE, que en todos y en cada uno de sus documentos mezcla los daños atribuibles al consumo, con los daños atribuibles a la prohibición. Así por ejemplo en el último informe que tenemos a la vista al momento de escribir estas líneas, el del año 2013, se lee nada más comenzar dicho informe, esto es en el párrafo N°1, que “Año tras año, el uso indebido de drogas causa en todo el mundo daños incalculables para la salud y la seguridad públicas y pone en peligro el desarrollo pacífico y el buen funcionamiento de muchas sociedades”([2]). El párrafo siguiente, el N° 2, empieza diciendo “En el presente examen se analizan las consecuencias del uso indebido de drogas en cinco ámbitos principales –la salud, la seguridad pública, la delincuencia, la productividad y la gobernanza-, utilizando los datos disponibles”([3]).  Y por si quedaran dudas sobre la magnitud del problema, el Informe JIFE del 2011 empieza “El uso indebido de drogas ilegales es uno de los más grandes retos a que se enfrenta el mundo hoy día”([4]).

Pero muchísimo más grave aún es que organismos que se han mostrado claramente críticos frente al modelo, no hagan esta distinción. Así por ejemplo, un documento de la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, que parte diciendo que “La violencia y el crimen organizado asociados al tráfico de drogas ilícitas constituyen uno de los problemas más graves de América latina” y que unas líneas más abajo agrega que “… es imperativo rectificar la estrategia de “guerra a las drogas” aplicada en los últimos treinta años en la región”([5]) “Drogas y Democracia: Hacia un Cambio de Paradigma” ([6]), concluya que “La cuestión que se plantea es reducir drásticamente el daño que las drogas hacen a las personas, a las sociedades y a las instituciones”([7]), como si la violencia y el crimen organizado fueran consecuencia de las drogas. En la misma falta de una respuesta clara a estas imputaciones erróneas cae el Centro de Investigación Drogas y Derechos Humanos, por definición dedicado a la reforma de las políticas antidrogas en América Latina, con un  enfoque de Derechos Humanos, en un documento dedicado especialmente a criticar el Informe de la JIFE del año 2013 ([8]). Es decir, aún cuando desde hace ya muchos años existen instrumentos teóricos que permiten una clara distinción entre efectos del consumo y efectos de la prohibición, en la actualidad dicha elemental clasificación aún no ha sido asumida en la mayoría de los análisis.





[1] COUNT THE COST, N°1, pag. 11
[2] JIFE, Informe año 2013, Nº 1, la negrita es nuestra.
[3] JIFE, Informe año 2013, Nº 2, la negrita es nuestra.
[4] JIFE, Informe año 2011, Nº 12, la negrita es nuestra.
[5] COMISIÓN LATINOAMERICANA SOBRE DROGASY DEMOCRACIA, “Drogas y Democracia: Hacia un cambio de paradigma”, pág. 7.
[6] Op. Cit. Pág. 8.
[7] Op. Cit. Pág. 8.
[8] Centro de investigación drogas y Derechos Humanos, “Análisis del Informe de la JIFE (ONU) 2013”, (marzo 2014), disponible en http://ciddh.com/2014/03/13/analisis-del-informe-anual-de-la-jife-onu-2013-marzo-2014/ (visitado 9/1/2015).