Cada
26 de julio millones de personas en el mundo celebramos un aniversario más del
épico asalto al Cuartel Moncada, con que los cubanos, liderados por Fidel
Castro, iniciaban la gesta que conduciría años más tarde al triunfo de la revolución.
Y cada año recordamos que, con frecuencia, como los propios cubanos lo señalan,
Cuba se encuentra “al borde de todo”.
La
situación en Cuba hoy es difícil. El bloqueo norteamericano se ha acentuado a
su “máxima expresión”, con el gobierno de Trump, y también se ha aplicado a
Venezuela, produciendo su colapso y de paso impactando también en el
intercambio de petróleo con la isla. A eso debe agregarse la pandemia generada
por el coronavirus, cuyo impacto en la isla cubre muy diferentes aspectos, entre
los más importantes, afecta las remesas desde Miami, que han disminuido
considerablemente y por cierto el turismo, cuyo impacto ha sido en todo el
mundo devastador. De este modo, la disminución de divisas para la adquisición
de productos importados, que van desde petróleo, medicamentos, repuestos,
comestibles, útiles de aseo, etc. está creando una situación particularmente
grave en la economía cubana, que impacta directamente en la calidad de vida de
la población. Se viven días difíciles para los cubanos.
La
Unión Soviética y los países socialistas de Europa nos mostraron, de manera por
lo demás dramática, que el camino al socialismo no sólo no es fácil, sino que
también puede tener una vía de regreso. Cuba nos ha mostrado, durante 61 años,
y lo sigue haciendo día a día, que la revolución es posible, pero no
necesariamente indestructible.
Durante
todos estos años, Cuba revolucionaria ha sido ejemplo para todos los pueblos
del mundo, y particularmente para los de América Latina. Su historia, plagada
de dificultades, nos ilumina con tres grandes éxitos.
El
primero, desde luego, el triunfo mismo de la revolución, que se ilustra
victoriosa en esa entrada triunfal el 1 de enero de 1959, a La Habana, el
frente dirigido por Eloy Gutiérrez M. y a Santiago de Cuba, el dirigido por
Fidel Castro R.
El segundo gran éxito, fue “hacer socialismo”. Recibiendo
un país en la miseria y la ignorancia, Cuba erradicó primero el analfabetismo, y hoy cuenta con un sistema de educación, público,
laico y gratuito, en todos los niveles, reconocido como uno de los mejores del
mundo, y que ha servido de modelo para otros países. Reconocido también en todo
el mundo es la excelencia de su sistema de salud, público y universal, con
éxitos destacadísimos como su muy baja tasa de mortalidad infantil, o ser el primero
en el mundo en eliminar la transmisión materno-infantil del VIH/Sida,
así como la sífilis congénita. Y desde luego, el que mayor colaboración en
salud ha prestado en el mundo. En la misma línea de grandes logros del
socialismo, Cuba se presenta hoy no sólo como el país más seguro de Centro
América y el Caribe, sino como uno de los más seguros del mundo, con mínimos índices
de homicidios así como de tráfico de drogas.
Drogas ilegales. Principales líneas de fractura del modelo
Conocidos son también los logros en materias deportivas, científicas y en algunas áreas de artísticas.
Drogas ilegales. Principales líneas de fractura del modelo
Conocidos son también los logros en materias deportivas, científicas y en algunas áreas de artísticas.
Y todo esto, con más de 6 décadas del
bloqueo económico más largo y brutal que país alguno ha soportado.
El tercer gran éxito ha sido la defensa
de la revolución, permanentemente agredida desde sus inicios.
La revolución cubana ha sobrevivido a 61
años de ataques de los sucesivos gobiernos norteamericanos, en las más diversas
esferas. Militares, como los ocurridos en abril de 1961, cuando aviones
norteamericanos disfrazados con insignias cubanas atacaron los aeropuertos de
Santiago de Cuba, San Antonio de los Baños y Ciudad Libertad, preparando la
invasión que viniera dos días después, cuando adiestrados por la CIA en
Nicaragua, en Bahía Cochinos, desembarcaron 1.500 hombres armados, con el apoyo
de cinco barcos mercantes, quince lanchas de desembarco, dieciséis aviones,
cinco tanques, camiones y armas de artillería, fueron derrotados en poco más de
tres días. Logró evitar más de 600 intentos de asesinato de su líder, Fidel
Castro R., y en los años 90 parar el terrorismo dirigido desde Miami, que llegó
a poner algunas bombas en hoteles dedicados al turismo internacional. La
defensa de la revolución debió enfrentar el terrorismo biológico, como cuando
la CIA infectó la población porcina, y hubo que sacrificar varios millones de
cerdos, en ese momento la principal fuente de carne del país.
Un capítulo especial de defensa de la
revolución se vivió luego de la caída de los gobiernos socialistas de la Unión
Soviética y Europa del Este, los principales aliados políticos, militares y
comerciales de la isla, a fines del año 89 y principios de los 90. Muchos
anunciaron el fin de la revolución, y muchos más se lo creyeron. Recuerdo haber
estado en Miami en el año 94 por razones de trabajo y haber sido invitado a las
oficinas del FBI. A los chilenos que allí andábamos se nos hizo una breve
exposición de los planes que tenían para enfrentar la principal preocupación
del FBI en esos momentos, cómo controlar las calles de la ciudad, y la bahía,
para cuando producto de las extremas condiciones en que en ese momento vivía la
gente en Cuba, fuera derrocado el gobierno revolucionario. Según se nos
explicó, esperaban millones de personas en las calles de Miami celebrando y
decenas de miles de embarcaciones de todo tipo navegando hacia La Habana.
¡Demás está decir que nunca tuvieron la oportunidad de verificar la calidad de
sus planes!
Con Allende, en hombros de gigantes
Con Allende, en hombros de gigantes
En los
días que corren, dos noticias de muy variado matiz dan cuenta precisamente de
dos de estos grandes éxitos ya mencionados, la defensa de la revolución y la
construcción de socialismo.
Una,
nos viene desde el cine. La incorporación, hace algunas semanas, a la
plataforma de Neflix de la película "Red Avispa” generó un profundo
malestar entre miles de cubanos de Miami, que hicieron enormes esfuerzos por
conseguir que fuera retirada, consiguiendo de paso darle una publicidad que no
había tenido ni en su estreno en el Festival de Venecia. Se trata de una
producción internacional, con actores como Penélope Cruz, Edgard Ramírez o Gael
García, que da cuenta de la infiltración de un grupo de cubanos revolucionarios
en las redes anticastristas de los años 90 en Miami, que buscan derrocar al
gobierno de Fidel. La película, basada en hechos reales, muestra por un lado la
decadencia de los líderes de esos grupos, dedicados también al narcotráfico y
el terrorismo, como el enorme sacrificio personal y familiar de quienes
abandonaron su patria y su familia para luchar por ellas, (y que luego fueron
detenidos y debieron pasar años en las cárceles norteamericanas), así como el
ningún interés de las autoridades norteamericanas por combatir el terrorismo
cuando está de su lado.
La otra, nos viene desde lo
más profundo de nuestra actual realidad, la pandemia del coronavirus, y se
puede ilustrar muy brevemente. Más de 3.000 miembros, integrantes de 42
brigadas Henry Reeve, especializadas en situaciones de desastres y graves
epidemias, se desplegaron en 29 países, a solicitud de sus autoridades,
combatiendo directamente la epidemia en los lugares más complejos, sumándose a
los más de 28 mil profesionales de la salud, que repartidos en 59 países, ya lo
estaban haciendo.
Ayer,
cuando el mundo socialista parecía derrumbarse, y en Europa los partidos
comunistas y movimientos marxistas caían en el desaliento y el abandono de esas
ideas, el ejemplo de Cuba revolucionaria, sobreviviendo a pesar de todo, nos
dio aliento y nos mostró no sólo que la revolución se defiende, sino por sobre
todo, que debíamos seguir confiando en que es posible.
Hoy
Cuba socialista sigue en pie, y a pesar de los ataques, los errores, y los
serios problemas que enfrenta, sigue siendo, igual como desde hace 61 años, un
faro de paz y solidaridad, un ejemplo para los pueblos del mundo.
26 de julio de 2020
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