miércoles, 8 de abril de 2020

¡¡¡ CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD !!!



En las últimas semanas hemos visto esfuerzos denodados de los cómplices civiles de la dictadura, por otorgar mayores espacios de impunidad, a aquellos de sus antiguos socios, que luego de décadas de falta de castigo, hoy cumplen alguna pena en Punta Peuco.

En verdad existen diversos argumentos para que, quienes cometieron crímenes imprescriptibles, en el lenguaje de Naciones Unidas, no vean en la práctica precisamente “prescrita” su sanción y salgan a gozar de unas condiciones que no merecen.

Recordemos de partida que ya son unos privilegiados, que están en un recinto penal como no hay otro en el país, tanto desde el punto de vista de las comodidades ordinarias, como de las posibilidades de enfrentar mejor los riesgos de contagio. Pero no es eso lo relevante. Y es que a veces, al hablar de estos delincuentes, olvidamos la naturaleza de los crímenes que cometieron.

“Crímenes de lesa humanidad”, (CLH), llama la doctrina y el derecho penal internacional, a los peores delitos que es posible imaginar. Y ello porque se reúnen en ese tipo de delitos diversos elementos que los hacen especialmente despreciables. Entre otros, los siguientes:

En primer lugar, la bestialidad propia de las diferentes conductas realizadas. Las torturas, las violaciones masivas, los homicidios, las desapariciones forzadas, manifestaron tal nivel de maldad, provocaron tal nivel de sufrimiento, como no se había conocido nunca en nuestro país, que hoy resulta incluso difícil recordar para quienes tuvimos alguna aproximación directa a ellas. No hay, en la historia de nuestro país, ni siquiera en la historia criminal de Chile algo parecido a lo que realizaron esos delincuentes. Ni el peor delincuente de nuestra historia, se acerca a lo que estos criminales realizaron.  

En segundo lugar, y si esos delitos pueden estimarse igualmente repulsivos si los cometieran delincuentes comunes, aquí se agravan aún más, porque se cometen por agentes del Estado, (o actores en condiciones de actuar como Estado también, en doctrina). Es decir, empleados del Estado que utilizaron precisamente todo el poder de éste para cometerlos, cuando su función era precisamente la contraria, proteger a los ciudadanos. (No deja de ser una patética ironía que la constitución del dictador responsable de estos crímenes, en su artículo primero señale “El Estado está al servicio de la persona humana…).

Un tercer elemento, es que estos delitos se dan en un contexto general de impunidad, que en nuestro país tuvo incluso el amparo de la Corte Suprema, y que en la práctica significó, prácticamente para todos los delincuentes que hoy piden piedad, que antes de ser detenidos, pasaran décadas en libertad, que las penas a las que fueran condenados fueran muchísimo menores que las que efectivamente les correspondía, y que así y todo muchos ni siquiera las puedan cumplir.

Atendido estos antecedentes, en general comunes a los CLH, no es casualidad que se estime que ellos agravian no sólo a las víctimas directas, a las comunidades a las que pertenecen, sino a todos los seres humanos. Se trata, como su nombre lo indica, delitos de lesa humanidad, en donde la expresión “lesa”, que viene del latín, se puede traducir como “daño”, y éste es, precisamente, una daño a toda la humanidad.

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A esta situación podemos agregar, en nuestro país, la falta absoluta de arrepentimiento que han mostrado, así como el silencio que han guardado para esclarecer precisamente los crímenes que cometieron o el lugar en que están los cuerpos de los detenidos desaparecidos. Es decir, han carecido de la más elemental humanidad.

La impunidad de estos delitos, cualquiera sea el mecanismo con que se quiera presentar, ha sido definida como una clara desvalorización de los Derechos Humanos y condenada reiteradamente por documentos y organismos como el Estatuto de Roma, la Convención contra la Tortura, o la Corte Interamericana de Justicia.

Luchar por que no haya impunidad para los Crímenes de Lesa Humanidad, cometidos por los delincuentes que hoy están en Punta Peuco, es luchar por los derechos humanos, por la justicia, y una responsabilidad que tenemos con nosotros mismos, con la historia, y con toda la humanidad.

NO A LA IMPUNIDAD

Fernando García Díaz,
Villa Alegre, 8 de abril de 2020




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