domingo, 19 de mayo de 2024

HOY, SOLIDARIDAD CON PALESTINA. Retomando nuestra historia

 

A menudo, y especialmente después de una catástrofe de esas que estamos ya acostumbrados a sufrir, terremotos, tsunamis, incendios, pero también de eventos como la Teletón, la prensa suele hablar de lo solidarios que somos los chilenos. Y tiene sentido, pues en verdad con frecuencia somos capaces de empatizar con la tragedia de terceros, y hacer esfuerzos por mitigarla. Y esto, no sólo en relación con sucesos de connotación mediática, como los mencionados. También lo somos con el vecino o el pariente que de pronto se ve obligado a organizar rifas o completadas para pagar una deuda de salud, por ejemplo.

Lo que no se dice con tanta frecuencia, es que la solidaridad de los chilenos ha trascendido los sucesos nacionales y en varias oportunidades hemos sido ejemplo a nivel internacional de ello.

Durante la Guerra Civil Española (1936 a 1939), hubo numerosas manifestaciones de solidaridad hacia la Segunda República Española y de condena al fascismo que se había levantado en su contra, liderado por Francisco Franco. Así por ejemplo, hubo decenas de exposiciones y actos de solidaridad en todo el país, numerosos políticos, intelectuales y líderes sindicales condenaron el golpe militar, se recolectaron fondos y se enviaron suministros médicos, alimentos y otros recursos a la España Republicana, para apoyar a los afectados por la guerra. Un grupo de voluntarios chilenos se unió a la Brigada Internacional Abraham Lincoln para luchar en defensa de la República, y como es conocido, Chile acogió a un gran número de exiliados que huían de la represión franquista. Nuestro poeta y premio nobel Pablo Neruda destacó especialmente en la solidaridad con España. En 1937 escribió el poemario “España en el Corazón. Himno a las glorias del pueblo en la guerra”, en el que, junto con exponer los horrores de la guerra, señala las razones de su giro hacia poeta combativo por las luchas de los pueblos. Allí, en “Explico algunas cosas”, refiriéndose a su España rota nos dice:

“…por las calles la sangre de los niños
corría simplemente como sangre de niños
…………………………………………..
“Preguntareis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?
Venid a ver la sangre por las calles
Venid a ver
La sangre por las calles
Venid a ver la sangre
por las calles

Más tarde será el inspirador y organizador del traslado de alrededor de 2.200 refugiados hacia Chile, en el conocido viaje del Winnipeg, financiado por el gobierno de Chile.

Algunas décadas más tarde, Chile manifestaría su apoyo al pueblo y la revolución cubana. Hemos condenado sistemáticamente el criminal bloqueo norteamericano, respaldando la soberanía cubana, el derecho a la autodeterminación de los pueblos y condenando lasa diferentes maneras de intervencionismo norteamericano en el país. Hemos tenido con Cuba intercambio cultural y educativo, colaboración académica y hemos realizado eventos culturales en conjunto. Hemos recibido misiones de salud desde Cuba en momentos de emergencia o para colaborar en áreas donde necesitamos ayuda adicional y organizaciones y grupos de solidaridad chilenos han brindado apoyo a programas sociales y educativos en Cuba, incluyendo donaciones de material escolar, equipos médicos y de salud, así como recursos para proyectos comunitarios. Con Cuba tenemos aún hoy un intercambio solidario, que nos recuerda día a día que el imperialismo norteamericano no soporta que un pueblo pequeño y digno sea capaz de ponerse de pie y enfrentarlo exitosamente.

Durante los años 60 y principios del 70 del siglo pasado, Chile fue líder en América del Sur en manifestar solidaridad con del pueblo vietnamita, invadido y masacrado por las tropas norteamericanas. En todo nuestro país, una vez más, estudiantes, obreros, campesinos, sindicatos, organizaciones políticas y civiles condenaron la intervención norteamericana y, de modo similar a lo ocurrido con España, se recolectaron fondos y se enviaron suministros médicos, alimentos y otros recursos. Organizaciones de solidaridad como el Comité Chileno de Solidaridad con Vietnam jugaron un rol destacadísimo. Se recibieron delegaciones vietnamitas, quienes expusieron ante nuestro pueblo la situación que vivía el país. Chile expresó en numerosos foros internacionales su apoyo al pueblo vietnamita, condenando la intervención extranjera. La solidaridad con Vietnam tuvo miles de manifestaciones, rayados, eventos artísticos y solidarios. Particular rol jugaron los estudiantes y los artistas. Una vez más Neruda solidarizó con esta lucha, y mientras Nixon era el presidente de los Estados Unidos responsable de miles de crímenes, él publicaba su “Incitación al Nixonicidio…”. El conjunto Quilapayún, con la dirección musical de Víctor Jara edita su tercer LP, en 1968, primero del sello DICAP, el que titula  “X Vietnam”,  con 12 canciones, y una portada impactante, con un guerrillero vietnamita con el fúsil en alto, diseñada por Enrique Cornejo, cuya imagen, que más tarde se multiplicó en afiches, contribuyó a difundir el mensaje de apoyo. Al año siguiente Rolando Alarcón sacaba su LP “Por Cuba y Vietnam”, también con una imagen conmovedora y combativa. Y en 1971 Víctor Jara sacaba el álbum “El Derecho de Vivir en Paz”.

Un papel especialmente desatacado en los actos de solidaridad con Vietnam lo desempeño la “Marcha por Vietnam”, realizada desde Valparaíso a Santiago, en 1969. Planificada y organizada por diferentes partidos y juventudes políticas de izquierda, así como por grupos sociales y estudiantiles, sindicatos, y otras organizaciones, hicieron que miles de personas, de diversas edades y sectores sociales, pero especialmente jóvenes, marcharan a pie, durante los más de 120 km que separan una ciudad de otra, en medio de canciones, consignas y pancartas contra la guerra. La marcha tuvo una trascendencia internacional y constituyó un elemento muy importante en la concientización y posterior movilización ciudadana contra la guerra.

Con la llegada de la dictadura cívico militar la situación se invirtió, y fue nuestro pueblo el que recibió muestras de solidaridad desde prácticamente todo el mundo. En verdad la solidaridad con Chile, alcanzó dimensiones universales, similares sólo a lo que había ocurrido primero con España y luego con Vietnam.

Decenas de países, especialmente de América Latina y Europa otorgaron asilo a miles de exiliados chilenos. Allí, gobiernos y organizaciones privadas y públicas ofrecieron apoyo a los refugiados permitiendo que decenas de miles de ellos pudieran reconstruir sus vidas. Organizaciones de derechos humanos, religiosas, políticas, culturales, sindicales,  de muy diferentes lugares del planeta llevaron a cabo campañas de denuncia para hacer visibles, ante el mundo, las persecuciones, secuestros, torturas y homicidios, en síntesis, las horrorosas violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura, mediante, protestas, cartas abiertas, boicots, manifestaciones, exposiciones y acciones de presión diplomática.  Se organizaron también iniciativas que permitieron recaudar fondos para enviar ayuda humanitaria al pueblo chileno, incluyendo alimentos, medicamentos, ropas y otros recursos para, de algún modo, mitigar el dolor que la represión y la crisis económica ocasionaba. Estudiantes, académicos, artistas, músicos, intelectuales de todo el mundo se organizaron para apoyar nuestra lucha por la libertad y la democracia. Una dimensión de esta solidaridad se puede percibir en los cientos de homenajes que aún perduran en decenas de países a la figura de nuestra presidente mártir, Salvador Allende, como monumentos o estatuas en plazas públicas o lugares significativos, nombres de calles, avenidas, escuelas, hospitales, edificios públicos, museos, centros de memoria, así como en la música, la literatura, el cine y el arte. Cada año, los días 11 de septiembre, en decenas de ciudades del mundo, se llevan a cabo eventos para recordar el golpe de estado y el legado de Salvador Allende.

Hoy es nuevamente tiempo de solidaridad. Los niños, las mujeres, los ancianos palestinos y especialmente aquellos que viven en Gaza y en la Cisjordania ocupada por el sionismo necesitan de nuestra solidaridad. No podemos permitir que un genocidio como el que allí ocurre se desarrolle impunemente ante nuestros ojos sin que nosotros hagamos nada. Al igual que ayer, necesitamos crear conciencia y denunciar, en todos los rincones del país lo que allí está ocurriendo. Mítines, manifestaciones, exposiciones deben llevarse a cabo en todo el territorio nacional para crear conciencia. Debemos exigir a políticos, intelectuales, artistas, dirigentes sindicales, universitarios, que expresen públicamente su condena al genocidio en Gaza. Nuestro gobierno debe poner término a las relaciones con un estado que no respeta algo tan básico como el derecho internacional humanitario, y condenarlo en todos los foros internacionales. Nuestras universidades deben poner fin a todo tipo de convenio con otras universidades del Estado de Israel. Como fue ayer con España, con Cuba o con Vietnam, hoy debe ser con Palestina. En la medida en que más voces se eleven en el mundo para condenar el genocidio, más universidades terminen sus convenios con las de Israel, más países rompan relaciones, más logremos aislar a los criminales, más pronto terminará el genocidio.

                      SIONISMO Y NAZISMO, DEMASIADO EN COMÚN

Debemos levantarnos cada día y pensar ¿Qué puedo hacer HOY por los niños que mueren por las bombas, las balas, el hambre, el frío, el dolor, el miedo en Gaza?

No olvidemos que la tragedia se repite. Y hoy,

En Gaza,

“…por las calles la sangre de los niños

corre simplemente, como sangre de niños

 Santiago 19 de mayo de 2024


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