A cinco años de
lo que fuera uno de los mayores estallidos sociales en la historia
contemporánea de nuestro país, y sin duda el mayor desde el retorno a la democracia,
la derecha multiplica sus esfuerzos por hacerlo aparecer como simples e irracionales
hechos de violencia y destrucción. Así, al hablar del “octubrismo”, como despectivamente
se refieren a él, intentan olvidar la masividad
de las protestas, la diversidad de sus motivaciones y por cierto la represión que
“su” gobierno, el de Sebastián Piñera, desató contra la población una represión
brutal que significó decenas de muertos, dos totalmente ciegas, cientos de personas
con traumas oculares y miles de lesionados, con los actos de violación de los
derechos humanos más masivos e inhumanos que ha conocido nuestra historia desde
el retorno a la democracia.
DERECHOS HUMANOS: EL HORROR 29 AÑOS DESPUÉS
En verdad, y
contra todos los que “no lo vieron venir”, el estallido social fue la
culminación de un descontento acumulado a lo largo de años de desigualdades
socioeconómicas, prepotencia y corrupción empresarial y política cuyas
manifestaciones ya habían empezado a hacerse presentes muchos años antes. Ya la
rebelión de los escolares de 2006 (rebelión de los “pingüinos”) y más tarde la
de los universitarios (2011) habían mostrado el descontento con el modelo en el
ámbito educativo. Más tarde fueron las marchas por mejores pensiones, por mayor
igualdad de género, … Y todos esos movimientos fueron definiendo demandas,
generando organizaciones, creando incluso símbolos que los identificaban. En
octubre de 2019 todos ellos estuvieron en la calle, promoviendo reivindicaciones
que ya desde hacía años se habían ido haciendo carne en la ciudadanía.
El estallido fue un ejemplo de movimiento
social masivo, que tuvo como motor las demandas de una sociedad civil
insatisfecha, pero además provocada por
Pero el estallido no solo fue un evento
político, sino también cultural. Durante él surgieron decenas de expresiones
artísticas y sociales, como los cánticos, murales y performances (como la
famosa intervención "Un violador en tu camino" del colectivo
feminista LasTesis), que reflejaron las preocupaciones de los manifestantes y algunas
incluso ganaron resonancia internacional.
El estallido también puso de manifiesto
nuevas dinámicas de participación ciudadana y un renacer de la protesta social
en Chile.
La masividad de
las protestas fue una realidad que algunos quisieran olvidar, pero lo cierto es
que las manifestaciones que comenzaron el 18 de octubre de 2019 reunieron a
millones de personas en las calles de nuestro país. Uno de los eventos más
emblemáticos fue “la marcha del millón de personas”, el 25 de octubre en
Santiago, que se considera una de las protestas más grandes en la historia del
país. Por lo demás, las movilizaciones no solo se limitaron a la capital, sino
que también ocurrieron en diversas regiones, mostrando la magnitud del
descontento social a nivel nacional.
Y es que el
modelo económico impuesto a sangre y fuego por la dictadura, y no modificado en
lo esencial por los gobiernos democráticos que le sucedieron, generó una
desigualdad económica y social que dejó a amplios sectores de la sociedad en
una situación de falta de acceso equitativo a servicios esenciales, como salud,
educación, pensiones, vivienda. Los “éxitos” del crecimiento económico exhibidos
por las élites de nuestro país, terminaron beneficiando de manera escandalosa a
una pequeñísima minoría y condenando a la inmensa mayoría a condiciones de pobreza,
endeudamiento y vulnerabilidad.
A todo ello debemos
agregar la sistemática burla que representó el decir de los representantes del
gobierno frente a las demandas ciudadanas. “El que madrugue será ayudado”, dijo
el Ministro de Economía, proponiendo tomaran el metro antes de las 7 de la
mañana para tener un pasaje más bajo, a una población con jornadas largas y
extenuantes. Regalen flores dijo el Ministro de Hacienda al informar que habían
bajado de precio en un 3,6%, cuando el resto del IPC seguía subiendo. Los
pacientes van temprano a los hospitales porque allí hacen vida social, dijo el
Subsecretario de redes asistenciales. Y el Ministro de Educación les preguntó
porque no hacen un bingo a los apoderados que pedían al ministerio que
arreglara la infraestructura de algún colegio.
De este modo, el
aumento en la tarifa del metro en Santiago, que dio origen al estallido, sólo fue
el detonante inmediato que permitió canalizar un malestar largamente acumulado,
por lo que muchos percibían como una situación de brutal injusticia y
desigualdad en muchos aspectos de la vida diaria de los chilenos. “No son 30
pesos, son 30 años" sintetizó este descontento, señalando que la revuelta
no fue solo por el alza del metro, sino por décadas de injusticias acumuladas.
El estallido social
no sólo tuvo connotaciones económicas, en cuanto muchas de sus demandas se referían
a ello, también dio cuenta de una profunda crisis de representatividad política.
Las demandas de los manifestantes incluyeron no solo reformas sociales y
económicas, sino también una crítica a las instituciones políticas, que fueron
masivamente acusadas de estar desconectadas de las necesidades del pueblo.
Aunque comenzó
con una protesta por el alza de los pasajes del metro, se transformó en una
demanda por cambios profundos, incluyendo la reforma de la Constitución
Por otro lado, el
estallido social logró además incorporar por primera vez, y de manera masiva, a
sectores sociales que históricamente no habían sido tan activos en la protesta
política, como las mujeres, los movimientos relacionados con la lucha
feminista, la diversidad sexual los derechos de los pueblos indígenas.
El estallido representó un cuestionamiento estructural al modelo
chileno de desarrollo social, económico y político, que aún no ha sido
modificado en su esencia, y que consiguientemente mantiene las demandas de la
población aún pendientes. El deseo de cambios profundos persiste entre las
grandes mayorías. Las demandas que dieron origen al estallido no han sido
satisfechas, y el hecho que la pandemia primero y luego las demandas de seguridad
hayan cambiado temporalmente el eje de la política nacional no significa que hayan
desaparecido, sólo están durmiendo.
Santiago 18 de
octubre de 2024
ACUSACION CONTRA PIÑERA: IMPERATIVO ÉTICO, POLÍOTICO E HISTÓRICO
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